Sobre el libro favorito de los amantes de París
- Bella Jones
- Mar 1, 2017
- 2 min read
Todo el mundo sabe que los parisinos tienen un cierto aire especial cuando se trata de vivir. Simplemente porque está en el aire de su cuidad y no pueden evitarlo. Si tuviera que reducir la experiencia de leer ‘How to Be a Parisian Wherever You Are’ en una palabra sería esta: entretenida. Una empieza ligeramente las primeras páginas, realmente sin saber qué esperar, y de la nada se encuentra a medio libro entre una conversación callejera y un monólogo interno respecto a una situación cotidiana.

El ser parisina, según afirman las autoras, es un arte: “ellas saben como disfrutar de la vida”. Ellas saben quienes son y están orgullosas de serlo, incluso en su mayor defecto. El libro guía al lector dentro de la mente de la parisina en cada posible situación: en una cena, en una cita, en el gimnasio, en el trabajo, etc. La lectora se vuelve por un segundo originaria de la Ciudad de Luces, recorriendo las recetas, los juegos, los libros y las películas ofrecidas dentro como si solo las estuviese recordando.
La información definitivamente no es sous-texte, ya que la lectura es rápida, directa, y sencilla de digerir. Pero aún así te deja pensando. Describe a la parisina como a una especie diferente a los demás seres humanos en funcionamiento y reacción: es naturalmente hermosa pero egoísta, es libre pero arrogante, culta pero específicamente complicada. Detalla sus acciones como las más lógicas del mundo (porque obviamente no puedo salir en una segunda cita si él pide lo mismo que yo en el restaurante), y define tip a tip lo que necesita una persona para ser parisina (“las mejores parisinas son extranjeras”).
Naturalmente, hay momentos en que las diferencias culturales salen a flote y nos encontramos frente a situaciones un tanto fuera de lo común, y hasta cierto punto ridículas, pero ahí recae la belleza de la multiculturalidad. Parisinos. Una de las páginas que más me gusto fue la del párrafo sobre tomarse un tiempo.

Vivir en una ciudad cosmopolita implica un estilo de vida alocado, lleno de puertas automáticas, comidas rápidas y televisores inteligentes. Vivimos tan dentro de nuestra ciudad, que muchas veces olvidamos lo obvio, dejamos de lado lo que no parece productivo, y nos perdemos de sensaciones y recuerdos tan simples pero a la vez indispensables. Es importante hacerse un tiempito para pensar. Para apreciar. Para vivir.

Definitivamente no es un libro de guía personal que deba ser tomado en serio, pero es un interesante punto de vista sobre un grupo de personas con un estigma tan popularizado como el suyo, que en realidad no hace más que rearfirmalo y profundizarlo. El libro detalla un estilo de vida un tanto hedonista y superficial, pero aún así entre párrafos es inevitable desear un trocito de París en nuestras vidas.
Casi un año después de comprarlo, aún me encuentro buscando este libro y leyéndolo antes de dormir o apenas me despierto, en esos momentos íntimos en los que busco inspiración y guía de vida. Deja que las parisinas te hablen. Tienen cosas que decir.
-B
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